Hotel Samay Huasi


Actualmente, la humanidad se encuentra en un nivel de desarrollo muy amplio. Hemos avanzado cultural y científicamente dando respuestas a miles de interrogantes que durante años ocuparon las mentes de grandes sabios. Ya sea si la tierra se posicionada sobre una tortuga o si era el centro del universo. Durante siglos se fueron dando respuestas a muchas preguntas, pero aún hoy -por difícil que parezca- siguen faltando definiciones a las cosas más simples y sencillas, inclusive de muchas de las que nos rodean cotidianamente, y una de ellas es de la que hablaremos hoy: el Fuego.

¿Qué es el fuego? ¿Podemos explicarlo fácilmente con palabras o necesitamos un ejemplo para describirlo? ¿Por qué nos atrae tanto? Seguramente en alguna oportunidad habrás sentido esa especie de hipnosis que genera ver su luz, su maravillosa gama de colores, sus formas y movimientos tan encantadores e irrepetibles. En las profundidades de la oscuridad, en cualquier lugar, observar una fogata encendida, con sus leños chispeantes e incandescentes, nos remonta a un inmediato viaje a esos remotos años, donde la humanidad dio su gran salto evolutivo cuando logró Claro, contar con una fuente de Nuestra labor nos lleva en esta ocasión a descubrir un nuevo escenario, enclavado en la cordillera, donde el poder de las llamas se encargó de consumir en cuestión de minutos el trabajo de años…El Samay Huasi (casa de descanso en idioma Quechua), único hotel de montaña cuatro estrellas con que contaba la provincia de Mendoza, ardió en llamas la tarde del Sábado 7 de Junio de 2003. Su construcción fué realizada en los años 90, según dicen con crédito oficial blando y malas garantías (del cual aún hoy se adeuda parte), tejiendo así un manto de dudas en la población sobre la falla que originó el siniestro. Pero por supuesto, esa no es la cuestión que nos compete a nosotros, sino el hecho de rescatar que en esa estructura de hierros retorcidos y oxidados -donde aún perdura el aroma a cenizas- seguramente se vivieron innumerables historias. Desde entonces, ha quedado en el olvido.La hermosura del entorno, de algún modo nos hace pensar en la tranquilidad que sintieron sus huéspedes durante su estadía, en su conexión directa con la naturaleza, en el aire fresco y puro que inhalaron sus pulmones y en las profundas noches de reparador descanso que disfrutaron. Pero por otra parte, también imaginamos el brillo en sus retinas reflejando el fuego de un enorme hotel en llamas, el que transformara la noche en día por un instante, arrebatándoles sin previo aviso un sin fin de pertenencias, mostrando como de costumbre su peor cara, pero a la vez su majestuosa belleza… Pero tenemos la certeza que aunque queden secuelas, hay muros que el fuego no puede derribar, y aún “muertos en pié”, nos dan su testimonio.
dominarlo. 



calor en los fríos inviernos, luz en las noches y posibilitar la cocción de alimentos no era algo cotidiano como lo es hoy. Su descubrimiento y sobre todo posterior manejo, hizo que nuestros antepasados lejanos evolucionaran de manera acelerada. Pero así como podemos destacar las cualidades positivas y atrayentes de este elemento, podemos hablar también del gran poder destructivo que consigo trae aparejado. Y no es casual que a nuestra raza esto le despierte curiosidad, ya que somos parte de una especie destructiva, y sobre todo autodestructiva... 
Desde entonces, ha quedado en el olvido.