Viejo Taller de Maquinarias - En algún lugar de Las Heras










 




En nuestra visita a Minas de Salagasta (próximamente publicaremos un nuevo post dedicado exclusivamente a ellas), encontramos anclados y lejos de la “civilización” muros desgastados, con rastros de suciedad, donde claramente existió un sitio muy importante, destinado a la reparación y acondicionamiento de pesados vehículos. Hacemos referencia al Taller. 

 


Durante décadas y hasta la actualidad, el taller, sobre todo en lejanos asentamientos, ha sido un espacio imprescindible, un lugar repleto de partes de recambio, de viejos tambores con fluidos lubricantes y/o combustibles y múltiples herramientas, lo indispensable para poder realizar allí, las reparaciones que sean necesarias, a fin de que ninguna máquina deje de operar por largos períodos de tiempo.
Su importancia en estos escenarios no cambió, pero el tiempo y sus caprichos siempre hacen de las suyas... Y hoy en día quienes se van a ocupar de las reparaciones y mantenimientos son personas altamente calificadas, siendo técnicos o ingenieros, desplazando así a esos viejos herederos del oficio, que seguramente desde niños fueron acompañando a su padre y aprendiendo con él y junto a él los quehaceres de su trabajo, que seguro fue su abuelo quien también transmitió. 

Eran años en que las manos estaban presentes en cada instrumento de trabajo, en la creación y el andar, lejos de esta actualidad donde megamáquinas - monstruos metálicos sin alma- cruelmente reemplazaron, dejándonos sin esa mirada compartida entre un padre y un hijo al sentir que ese motor volvió a funcionar, que el trabajo fue bien realizado y que es tiempo de un mate espumoso antes de empezar con otra compostura.



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